El koala (Phascolarctos cinereus)
diprotodonto de la familia Phascolarctidae,
arborícola con hábitos de baja actividad, similares a los de un perezoso.
Características
El koala alcanza una longitud de
76 cm; el cuerpo es robusto y está cubierto de pelo suave de color marrón
grisáceo. La cabeza es grande respecto al cuerpo y redonda, y tiene unas orejas
peludas, grandes y redondeadas.
La dentadura del koala está
adaptada a su alimentación herbívora, y es similar a la de otros marsupiales
diprotodontos (canguros y wombats). Tienen afilados incisivos al frente de su
boca para cortar hojas.
Las extremidades posteriores son
cortas, con pies grandes dotados de cinco dedos; Las extremidades anteriores
tiene cinco dedos, dos de ellos opuestos a los otros tres; cada dedo posee una
garra fuerte y grande. Las patas traseras no tienen garras en el dedo mayor, y
el segundo y tercer dedo están fusionados para formar un garfio con el que
pueden extirparse las garrapatas, de las que sufren a menudo.
Las hembras que viven en estado
salvaje suelen vivir unos 15 años. Los machos, sin embargo, viven una media de
10 años, ya que a menudo se dañan en sus peleas y normalmente tienen que
moverse para vivir en zonas en peores condiciones. Por lo general, los koalas
que viven en libertad tienen menor esperanza de vida que los que koalas en
cautividad (las hembras alcanzan los 19 años). Especialmente corta es la vida
de los koalas que habitan en áreas suburbanas o cerca de una autopista. Aquí la
esperanza de vida de un macho se reduce hasta los dos o tres años.
El koala está adaptado a la vida
arborícola, y se encuentra en los bosques de eucaliptos del este de Australia,
que constituyen su único hábitat, así como su única fuente de alimento. Los
koalas que habitan en climas menos cálidos son generalmente más grandes y
tienen el pelaje más oscuro y espeso que aquellos que viven en climas más
cálidos.
A pesar de estas adaptaciones
generales, hay también excepciones. En la fértil Victoria (Australia), un macho
adulto puede pesar hasta 14 kg, y una hembra hasta 11 kg. El peso medio de
estos animales es más bajo: 12 kg en los machos y 8 kg en las hembras. Los
koalas de la seca Queensland son generalmente más pequeños, con un peso medio
en los machos de 8 kg, y en las hembras, de 6 kg.
Los machos se distinguen de las
hembras por la bolsa testicular, así como por la glándula que tienen en el
pecho, y que desprende olor. Las hembras, a su vez, se identifican por la bolsa
o marsupio. La bolsa es como la del wombat (otro marsupial australiano) y, al
contrario que en los canguros, la abertura de la bolsa se encuentra en la parte
inferior de ésta. Los machos adultos pueden ser hasta un 50% más grandes que
las hembras adultas, y, además de tener la curvatura de la nariz más
pronunciada, la forma de su cabeza es algo diferente a la de las hembras.
La hembra pare una única cría de
5,5 g de peso, que se desplazará hasta la bolsa marsupial de la madre nada más
nacer, y permanecerá en ésta durante seis meses, alimentándose de leche;
después de este periodo de lactancia, y como paso previo a la alimentación
vegetariana propia del adulto, el joven koala se alimenta de una especie de
papilla semidigerida que la madre produce por el ano. Este fenómeno parece que
explica la posición de la bolsa marsupial en el koala, la cual está abierta
hacia atrás, pues de este modo facilita el acceso de la cría al alimento
materno. Esta también es una técnica para evitar que el joven Koala muera, ya
que carece de las bacterias en su estómago que le ayudan a neutralizar la
toxicidad de la hoja del eucalipto.
Las poblaciones de koalas sólo
pueden extenderse si se encuentran en el hábitat adecuado. Este incluiría los
árboles preferidos por los koalas (principalmente eucaliptos, pero también
otros), que deben crecer asociados en cierto modo sobre un suelo adecuado,
además de suficientes precipitaciones. Además, debe haber otros koalas viviendo
en las proximidades.
Un hábitat con espacio limitado
tiene, obviamente, una capacidad limitada. Esto quiere decir que muy pocos
koalas pueden vivir en estas condiciones. Si una zona se reduce, se hace
pedazos o se destruye en su totalidad, disminuye el número de koalas que viven
allí. La capacidad de un hábitat depende de la consistencia de los árboles, la
densidad del arbolado, las lluvias, el clima, el terreno, las formas del
paisaje y el tamaño.
Los koalas viven en los árboles y
realizan la mayoría de sus actividades de noche. No se encuentran cómodos en el
suelo, donde caminan a gatas. Para ahorrar energía, duermen 20 horas al día,
más que los perezosos, que duermen unas 18 horas diarias.
Sus depredadores naturales son
los dingos, las lechuzas, las águilas, los varanos y las serpientes pitón. Las
épocas de sequía y los incendios, también pueden resultar peligrosos para
ellos.
Son muy exigentes a la hora de
elegir sus alimentos: primero estiran un brazo y cogen con mucho esmero algunas
de las hojas elegidas; luego las olisquean con cuidado antes de darles un
bocado; y, por último, las mastican hasta hacerlas una papilla y se las tragan.
Los dientes del koala están
adaptados para comer hojas de eucalipto. Estos animales recogen las hojas con
los incisivos superiores e inferiores. El hueco entre los incisivos y las
muelas permite que puedan mover las hojas de un lado para otro con la lengua
sin morderse. Las muelas tienen una forma especial que hace que también puedan
trocear la comida, en lugar de solo triturarla. De este modo, los dientes
quitan la humedad a las hojas y destruyen la fibra de éstas, de modo que
facilitan la digestión.
El eucalipto les aporta azúcares,
almidón, grasas y proteínas. En un proceso digestivo relativamente largo; se
extraen el agua y los alimentos aprovechables. Como sus alimentos son difíciles
de digerir, poco energéticos e incluso tóxicos, los koalas tienen un apéndice
que es muy largo (hasta 2,5 metros). Aquí las bacterias ayudan a digerir las
fibras y permiten que se dé una especie de fermentación. Además, su lento
metabolismo hace posible que se almacene el eucalipto durante bastante tiempo,
en el que se pierde la mayoría de la energía. Así mismo, les lleva a un bajo
consumo de energía, que es inferior al del resto de los animales herbívoros.
La acción del hombre ha provocado
la aparición de nuevos peligros, como coches, perros vagabundos, insecticidas,
piscinas y un mayor riesgo de contraer gangrena. A menudo, se construyen
carreteras que atraviesan territorios de koalas, por lo que el koala debe
quedarse en el lado en que se encuentran gramos de hojas al día.
Vida en los árboles
Los koalas pasan la mayor parte
del tiempo en los eucaliptos. Son unos grandes trepadores. Se caracterizan por
tener un cuerpo pequeño, regordete y unas extremidades relativamente largas.
Sus pies y garras reúnen las cualidades necesarias para agarrarse y balancearse
en las ramas.
Si los koalas quieren subir a un
árbol, saltan desde el suelo, sujetándose a la corteza con sus garras y trepan.
Suben y bajan de los árboles siempre con la cabeza hacia arriba. Normalmente,
descienden lentamente, ya que sólo utilizan una pata. Generalmente, los koalas
solo descienden de un árbol para llegar a otro. Aquí les acecha la mayoría de
los peligros. Cuando caminan, adelantan primero la mano derecha, después el pie
izquierdo, la mano izquierda y finalmente el pie derecho. Y cuando corren,
mueven pies y manos a la vez. Intuitivamente, los koalas intentan protegerse
del peligro en las ramas de los árboles. En las urbanizaciones, trepan por las
paredes, vallas, postes de luz y letreros de las calles.
Algunos koalas permanecen más
tiempo en el suelo que otros. Este comportamiento depende del tamaño del
territorio y de la distancia entre los árboles. A menudo, en las cercanías de
las urbanizaciones deben recorrer más distancia por el suelo que en su habitat
habitual.
En los árboles adecuados, los
koalas se muestran tranquilos. Su comportamiento depende de la condición de las
horquillas de las ramas, de las condiciones meteorológicas y de la hora del
día. Dado que el tiempo cambia constantemente durante el día en un bosque australiano,
los koalas pueden estar en diferentes lugares: al sol, a la sombra, en una zona
de viento frío o en lugares protegidos del viento o de la lluvia.
Los koalas pueden estar inmóviles
sobre una rama durante una hora. Mientras duermen, se aferran a las horquillas
para no caerse. El pelaje de su parte trasera inferior, que es especialmente
espeso, les permite apoyarse en las ramas más duras. En los días fríos, húmedos
y ventosos, los koalas se enrollan como una bola para ocupar menos espacio y
desprender el menor calor posible. Cuando llueve, el agua se desliza por el
lomo de los koalas como sucede con los patos. En los días calurosos, secos y
bochornosos, los koalas no sufren tanto el calor, ya que el pelaje de su pecho,
claro y largo, absorbe el calor. Cuando hace viento, su pelo se mueve y así se
refrescan.
Vida en los árboles
Los koalas pasan la mayor parte
del tiempo en los eucaliptos. Son unos grandes trepadores. Se caracterizan por
tener un cuerpo pequeño, regordete y unas extremidades relativamente largas.
Sus pies y garras reúnen las cualidades necesarias para agarrarse y balancearse
en las ramas.
Si los koalas quieren subir a un
árbol, saltan desde el suelo, sujetándose a la corteza con sus garras y trepan.
Suben y bajan de los árboles siempre con la cabeza hacia arriba. Normalmente,
descienden lentamente, ya que sólo utilizan una pata. Generalmente, los koalas
solo descienden de un árbol para llegar a otro. Aquí les acecha la mayoría de
los peligros. Cuando caminan, adelantan primero la mano derecha, después el pie
izquierdo, la mano izquierda y finalmente el pie derecho. Y cuando corren,
mueven pies y manos a la vez. Intuitivamente, los koalas intentan protegerse
del peligro en las ramas de los árboles. En las urbanizaciones, trepan por las
paredes, vallas, postes de luz y letreros de las calles.
Algunos koalas permanecen más
tiempo en el suelo que otros. Este comportamiento depende del tamaño del
territorio y de la distancia entre los árboles. A menudo, en las cercanías de
las urbanizaciones deben recorrer más distancia por el suelo que en su habitat
habitual.
En los árboles adecuados, los
koalas se muestran tranquilos. Su comportamiento depende de la condición de las
horquillas de las ramas, de las condiciones meteorológicas y de la hora del
día. Dado que el tiempo cambia constantemente durante el día en un bosque
australiano, los koalas pueden estar en diferentes lugares: al sol, a la
sombra, en una zona de viento frío o en lugares protegidos del viento o de la
lluvia.
Los koalas pueden estar inmóviles
sobre una rama durante una hora. Mientras duermen, se aferran a las horquillas
para no caerse. El pelaje de su parte trasera inferior, que es especialmente
espeso, les permite apoyarse en las ramas más duras. En los días fríos, húmedos
y ventosos, los koalas se enrollan como una bola para ocupar menos espacio y desprender
el menor calor posible. Cuando llueve, el agua se desliza por el lomo de los
koalas como sucede con los patos. En los días calurosos, secos y bochornosos,
los koalas no sufren tanto el calor, ya que el pelaje de su pecho, claro y
largo, absorbe el calor. Cuando hace viento, su pelo se mueve y así se
refrescan.
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